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jueves, 4 de abril de 2024

De vuelta en Dinamarca

 DÍA 9: KOLDING Y AARHUS

Después de varios días en Alemania tocaba volver a Dinamarca!

A primera hora de la mañana cogí un tren hacia KOLDING, en realidad yo quería ir a Aarhus pero como el viaje duraba más de 4 horas decidí hacer escala en esta pequeña ciudad.

La estación de tren está justo enfrente del lago Slotsø y del Koldinghus, un Castillo-Palacio que fue reconstruido después de un incendio. Actualmente funciona como museo, así que si te interesa conocer más sobre la historia y cultura danesa, éste es un buen lugar.

Después de un breve paseo por Kolding y hora y media en tren llegué a la ciudad más importante de Jutlandia: AARHUS.

Al llegar dejé la maleta en el hotel y me fui a recorrer la ciudad. 

AARHUS- DÍAS NECESARIOS Y CÓMO MOVERTE:

Aunque Aarhus es la segunda ciudad más grande de Dinamarca, se puede ver perfectamente en un día. 

También es muy fácil recorrerla a pie, así que no es necesario el coche o el transporte urbano. Si no puedes caminar demasiado, no te gusta o simplemente no te apetece, sí que necesitarás algún medio de transporte para llegar a algunos lugares que están más alejados del centro.

QUÉ VER:

Esta ciudad universitaria es perfecta para salir de fiesta, ir de compras o pasear por la orilla del río. También es un buen lugar para hacer turismo y conocer un poco más sobre la cultura de Dinamarca. 

El lugar más interesante que se puede visitar es Den Gamte By, un museo al aire libre en el que aprender sobre la historia y cultura de Dinamarca desde el siglo XVIII hasta los años 70. El museo tiene réplicas de casas, tiendas y otros edificios de diferentes épocas, destacan especialmente el Ayuntamiento, una farmacia y una panadería de 1885 con sus recetas. 

Otro lugar que merece la pena visitar es el Aros, un halo con terraza panorámica multicolor. Además de disfrutar de las vistas de la ciudad, también se puede visitar el museo de arte que alberga en su interior. 

Y ya más cerca del centro se puede visitar la Catedral de San Clemente, catedral más grande del país y que puede albergar más de 1200 personas; el Ayuntamiento y su torre del reloj y Mollestien, una pequeña y pintoresca calle con casas de colores  y adornada con plantas y flores. 

También en el centro se puede pasear por Aboulevarden, un paseo peatonal a ámbos lados del río lleno de bares, cafés y terrazas. 




DÍA 10: VEJLE

Al día siguiente dediqué la mañana a pasear y a ir de compras por Aarhus. Después de comer fui a recoger mi maleta al hotel y me dirigí a la estación para coger el tren que me llevaría a Vejle, una ciudad en la que ya había estado pero que no había podido visitar. El tren tarda 45 minutos.

DÍAS NECESARIOS Y CÓMO MOVERSE:

Al ser una ciudad bastante pequeña se puede recorrer a pie en tan sólo unas horas. 

QUÉ VER:

Sin duda lo más interesante de la ciudad está en el centro. Allí se encuentra el edificio más antiguo de la ciudad, la Iglesia de San Nicolás (Sanct Nicolaj kirke) y el Ayuntamiento y su plaza

Justo al lado del Ayuntamiento está la zona peatonal del centro, varias calles llenas de tiendas, restaurantes y cafeterías. Destaca especialmente una pequeña calle llena de paraguas de colores colgados sobre las tiendas y las terrazas.


DÍA 11 : VEJLE Y TALLIN

Como mi vuelo a Tallin no salía hasta la tarde, dediqué la mañana a ver los famosos edificios Bolgen, unos edificios residenciales con forma de ola.

Y antes de coger el bus hasta el aeropuerto de Billund me di una vuelta por el centro comercial que hay al principio de la zona peatonal.

Después de comer cogí el bus de la ruta n°43 que tarda 30 minutos en llegar al aeropuerto de Billund. El vuelo a Tallin tarda 2 horas. 

Una vez en Tallin es muy fácil llegar al centro. Sólo hay que coger el tranvía de la línea 4 y parar donde más te convenga. En mi caso era en Keskturg, en el centro pero no en el centro histórico. El billete cuesta 1,5€ y se puede comprar en las máquinas que hay en la parada. Para llegar a la parada sólo hay que seguir las señales del aeropuerto, es muy fácil. 

Ya en el hotel tocaba descansar. La tercera etapa del viaje había empezado!! 💖


miércoles, 20 de marzo de 2024

Segunda etapa: Norte de Alemania (Parte 2)

En esta segunda etapa del viaje también visité Lübeck, Bremen y Schwerin. Todas ellas desde Hamburgo.

DÍA 6: LÜBECK

CÓMO LLEGAR:

Si no dispones de coche la mejor opción es el tren, ya que se tarda sólo 45 minutos en llegar. La estación está justo en el centro y todos los lugares que merecen la pena están muy cerca unos de otros.

DÍAS NECESARIOS:

Como he dicho en mi anterior post, con un día es suficiente. La ciudad es relativamente pequeña y se puede ver todo en tan solo unas horas.

QUÉ VER:

Al salir de la estación de tren seguí a la muchedumbre, imaginé que irían hacia el centro. Afortunadamente así fue, y en tan sólo unos minutos y después de cruzar el río ya estaba en el lugar más conocido de la ciudad, la Puerta Holsten, una puerta medieval construida para defender la ciudad.  Aunque antes de acercarme y hacer mil fotos, entré en la oficina de turismo que hay allí al lado, siempre es más fácil recorrer la ciudad con un plano.

                              

Muy cerca de allí están los Almacenes Salzspeicher, un conjunto de edificios hechos de ladrillo rojo y con un estilo arquitectónico típico de la Liga Hanseática. Antiguamente eran almacenes de sal, un producto muy valorado en la Edad Media. Actualmente alberga diferentes tiendas y oficinas, aunque también funciona como museo y lugar de exposiciones.


Después de un paseo muy chulo por la orilla del río Trave, me dirigí a a la Marktplatz. Si en vez de caminar preferís hacerlo en barco también hay esa opción.

La plaza del Mercado es bastante grande, hacia un lado está la Catedral, el Ayuntamiento y sus oficinas. También hay varias tiendas y restaurantes con terrazas en las que relajarse un rato. 

Después de recorrer la plaza me fui a ver el Castillo-Monasterio Burgkloster, un monasterio y museo sobre la Liga Hanseática. No entré, así que no sé si merece la pena o no. 

Y para terminar el recorrido salí por otra de las puertas de la ciudad, la Burgtor y di un paseo por el río y el puerto





DÍA 7: BREMEN

CÓMO LLEGAR:

Si no dispones de coche la mejor opción para ir desde Hamburgo es en un recorrido de una hora en tren. Desde la estación se puede ir caminando a cualquier lugar de interés turístico.

DÍAS NECESARIOS:

Al igual que Lübeck con un día es suficiente. La ciudad es relativamente pequeña y se puede ver todo en tan solo unas horas.

QUÉ VER:

Nada más salir de la estación puse el gps para ir al centro histórico, por el camino me encontré una grata sorpresa, el Mühle am Wall y sus jardines. El molino está perfectamente restaurado y en su interior alberga una cafetería y restaurante.



Dejando el molino atrás seguí por la Sogerstrasse o calle de los cerdos, al principio de la calle hay una estatua dedicada a los ganaderos que bajaban por esta calle con sus cerdos para venderlos en la plaza del Mercado.


Siguiendo la calle se llega a la Marktplatz, una plaza enorme y llena de vida. Además de un pequeño mercadillo de flores y comida, también hay numerosas cafeterías y restaurantes con terrazas en las que relajarse un rato o comer algo. Y si prefieres disfrutar de un crep o de un perrito de salchicha alemana, justo al lado del mercadillo hay un pequeño puesto en el que puedes hacerlo.


Pero la plaza no es sólo para sentarse y comer algo, si como hice yo te quedas un rato simplemente mirando a tu alrededor, te darás cuenta de que mires a donde mires hay un edificio bonito. 
Y es que en esta plaza se encuentran prácticamente todos los lugares de interés turístico de Bremen:
el Ayuntamiento, de estilo gótico; la Catedral de San Pedro, con dos torres idénticas y a las que se puede subir para admirar las vistas de la ciudad (la entrada a la catedral es gratuita, sólo tendrás que pagar si quieres subir a la torre); la Cámara del Comercio; el Parlamento; la Iglesia de Nuestra Señora; la estatua de los famosos Músicos de Bremen y la estatua de Rolando, de casi cinco metros y medio de altura y Patrimonio de la Humanidad junto con el Ayuntamiento. 




Después de ir y venir por la plaza, visitar la catedral , hacerme mil y una fotos y comer algo, me fui a otro de los lugares imprescindibles si vas a Bremen, el barrio Schnoor, un barrio muy pintoresco de callejuelas adoquinadas y lleno de tiendas de artesanía y souvenirs y cafeterías con terraza. Sin duda es un buen lugar en el que perderse un rato, comprar algún recuerdo o sentarse a tomar algo. 

Para terminar mi visita por la ciudad, no podía faltar un paseo por la orilla del río Weser. Si te gusta caminar y tienes tiempo puedes hacer como yo, que fui por el sendero del río hasta el Weserstadion, el campo de fútbol del Werder Bremen. Desde el barrio Schnoor se tarda media hora en llegar al estadio.





DÍA 8: SCHWERIN, la ciudad de los 7 lagos

CÓMO LLEGAR:

Al igual que en los casos anteriores, si no dispones de coche la mejor opción es el tren, desde Hamburgo se tarda una hora en llegar. 

DÍAS NECESARIOS:

Schwerin es una ciudad pequeña, así que se puede ver todo en tan solo unas horas.

QUÉ VER:

Al salir de la estación bajé hasta el Lago Pfaffenteich, un pequeño lago con un chorro de agua en el medio que recuerda al del lago Leman, en Suiza. El lugar es muy tranquilo y desde allí se puede ver el centro de la ciudad y su catedral. 

Después de bordear un lado del río llegué a las calles Bischofstrasse y Buchstrasse, la zona del centro histórico. Allí están la Marktplatz, la Catedral y el Ayuntamiento. También hay un par de centros comerciales en los que hacer alguna compra, comer o simplemente ir al baño. 

Como mi objetivo era llegar al castillo, seguí un poco más adelante y bajé por la Schossstrasse. Al llegar ya se ven varios edificios bonitos pero sin duda el que más destaca es el castillo, absolutamente imponente en medio de una pequeña isla. 

A la izquierda del castillo están el Museo Estatal y el Teatro Estatal Mecklenburg y a la derecha, en medio de un pequeño parque, la Columna de la Victoria, la Siegessäule. 

En medio de todo éso está la isla que alberga el impresionante Castillo de Schwerin, para llegar hay un pequeño puente muy bonito. 


 Para entrar en la isla, los jardines y en los parques que rodean al castillo no hay que pagar, sólo tienes que pagar entrada si quieres ver por dentro el castillo. 

Foto de Harald Hoyer, Wikipedia

Como el día estaba un poco gris y se avecinaba lluvia, aproveché para ver el castillo por fuera y pasear por el jardín. Cuando empezó a llover compré la entrada e hice la visita por el interior. Al terminar recorrí el parque que está al otro lado de la isla, afortunadamente ya no llovía así que pasé varias horas investigando por la zona y disfrutando de este lugar que parece salido de un cuento de hadas. 


El castillo fue la residencia de los Duques de Mecklenburg y actualmente funciona como Museo y sede del Parlamento Regional. El Museo tiene tres plantas llenas de pinturas, esculturas y otros objetos decorativos de la época, destaca especialmente la Sala del Trono.


Al pie del castillo está el jardín, con paisajismo de estilo inglés, el invernadero de la Orangerie y diversas fuentes y esculturas. También hay un restaurante, una cafetería y, por supuesto, la típica tienda de recuerdos.

            
                          

También merece la pena dar un paseo por el parque del otro lado de la isla. El lugar es muy tranquilo y además de pasear también puedes sentarte en uno de los bancos al pie del lago o en la hierva, observando los pájaros que están por la zona y las casitas al otro lado del lago.





De vuelta en Hamburgo di mi último paseo por la ciudad. Tocaba volver a Dinamarca! 


lunes, 4 de marzo de 2024

Segunda etapa: Norte de Alemania (Parte 1)

En esta segunda etapa del viaje visité diferentes ciudades del norte de Alemania, todas ellas desde Hamburgo. 

DÍA 4: HAMBURGO

CÓMO LLEGAR A HAMBURGO:

Para llegar a la segunda ciudad más poblada de Alemania desde Dinamarca hay varias opciones, una de ellas es coger un vuelo directo desde Copenhague, la otra ir en tren. Imagino que habrá bus también pero para mí ésta siempre es la última opción, así que ya no busqué información. 

En mi caso decidí coger un tren desde Odense, un medio de transporte que me gusta bastante y al que recurro siempre que puedo. El recorrido dura casi 3 horas y media. 

DÍAS NECESARIOS:

Pues estuve cinco días en Hamburgo. Uno de ellos fui a Lubeca, otro a Bremen y la idea era estar los otros tres días visitando la ciudad. Una vez allí me di cuenta de que me sobraba un día en Hamburgo, así que tocó improvisar y buscar lugares que no estuviesen demasiado lejos y mereciesen la pena. Así fue como acabé en Schwerin, menudo descubrimiento!! 💖 

Todo ésto va a depender de los gustos de cada uno, es decir, tengo claro que con un día es suficiente tanto en Lübeck como en Bremen, pero aunque yo vea suficientes dos días para visitar Hamburgo, dependerá de si te gusta pararte mucho; estar en una terraza o en un restaurante tranquilo; etc...Y sin duda dedicaría un día a Schwerin, no te vas a arrepentir.  

Resumen: 

  • Hamburgo: 2 días
  • Lübeck: 1 día
  • Bremen: 1 día
  • Schwerin: 1 día

    QUÉ VER:

    Primer día: Centro de la ciudad 

    Nada más llegar y dejar la maleta en el hotel me fui andando hasta el Ayuntamiento, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.  Para llegar a él tuve que bordear una parte del Lago Alster, un lago artificial con una fuente en el medio; patos; cisnes; y en el que se puede dar un paseo en barca o en canoa. En mi caso opté por hacer un crucero por el lago y sus canales, estuvo bien. Todo ello con la emblemática Torre de televisión como telón de fondo. 




    Después del crucero me fui a Speicherstadt, en Hafen City. Esta es la parte más bonita de la ciudad, esta llena de tiendas y restaurantes con terrazas en la orilla de los canales. También aquí están los icónicos edificios de ladrillo rojo y puentes de la ciudad. Speicherstadt es el área de almacenes más grande del mundo. 


    Después de un paseo por allí me dirigí a la Iglesia de Sankt Nikolai, bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y de la que sólo se conservan la torre y su aguja. 


    Para terminar el día me di una vuelta por el barrio de Sankt Pauli, un lugar del estilo del Barrio rojo de Amsterdam y donde se haya la Plaza de los Beatles. La verdad es que no creo que merezca la pena ir hasta allí, si vas caminando es una buena pateada desde el centro y no vi nada interesante. 

    Antes de volver al hotel me pasé por el Europa Passage, un centro comercial que está además en pleno centro y muy cerca del Ayuntamiento y el lago. Sin duda es el lugar perfecto para comer, ir de compras o incluso pasar el día si llueve. 


    Qué más se puede hacer en el centro de la ciudad:
    • Ir al Chocoversum: Museo del chocolate con visita guiada de 90' en inglés y en el que además de ver cómo elaboran el chocolate, también podrás probar algunos de ellos y hacer tu propia tableta.
    • Cruzar el Elbtunnel: Un túnel subterráneo bajo el río Elba. 


    DÍA 5: HAMBURGO


    Segundo día en la ciudad: Jardín botánico, puerto y Miniatur Wunderland.

    De repetir volvería a hacer el recorrido en este orden, a primera hora los jardines están más vacíos y se pueden sacar fotos más chulas. Desde allí y dando un paseo por los diferentes parque de la ciudad llegarás al puerto,  un lugar perfecto para sentarte en uno de los muchos restaurantes que hay en el paseo o comprar algo en un puesto de comida rápida y sentarte en las escaleras del puerto a disfrutar de las vistas y el trasiego de barcos. Para terminar el día y ya con algo más de frío (yo fui en septiembre) estarás en el museo en miniatura. Es cierto que a esa hora igual hay más gente en el museo, pero allí estás más calentito y estás más en el centro.

    Muy cerca del lago Alster está el jardín Botánico Planten un Blomen, un parque con jardines temáticos y que a su vez conecta con otros parques de la ciudad. La entrada es gratuita y sin duda merece la pena perderse por allí un rato.
     





    Después de recorrer los diferentes jardines del parque botánico, (el más alejado es el de rosas, no te lo pierdas!) hay que volver al sendero que pasa por la catarata, por allí es por donde los jardines conectan con otros parques de la ciudad, el Kleine Wallanlagen, el Große Wallanlagen y el Alter Elbpark. Por el camino te encontrarás el museo de la hamburguesa, el monumento a Otto von Bismarck, campos de hierba, parques infantiles, etc..



    Una vez en el puerto toca comer algo y relajarse viendo las vistas. Desde allí hay varios cruceros que te llevan a la parte comercial, un poco lejos de allí, por algo es el segundo puerto más grande de Europa. 



    Ya de camino al centro merece la pena hacer una visita a la Filarmónica del Elba, la entrada es gratuita. 


    Haciendo el paseo por el río se llega a mi última visita del día, el museo en miniatura Miniatur Wunderland. La verdad es que lo metí en el recorrido un poco de relleno porque pensaba que era más para niños, pero nada más lejos de la realidad. El museo tiene dos plantas llenas de maquetas en las que haces un viaje en tren por diferentes países. Todos los personajes, edificios y demás están cuidados al máximo y hay un montón de detalles en los que fijarse. Yo tarde unas tres horas en recorrerlo todo y me fui con ganas de repetir.

    No te lo puedes perder!!